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PONTIFICIA OBRA DE SAN PEDRO APÓSTOL

Paulina Jaricot (1799-1862)
JUEGA
POSPA
La Pontificia Obra de San Pedro Apóstol tiene como finalidad sensibilizar al pueblo cristiano sobre la importancia del clero local en los territorios de misión, invitándolos a colaborar espiritual y materialmente en la formación de los candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada.
HISTORIA
La Obra de San Pedro Apóstol fue fundada en 1889 en Caen, Francia, por Estefanía y Juana Bigard (madre e hija). Favorecida con el apoyo de la Santa Sede, se difundió en la mayor parte de las diócesis de Europa y de América.La sede central fue transferida a Roma en 1920 y dos años después, el 03 de mayo de 1922, la Obra de San Pedro Apóstol recibió el título oficial de Pontificia.
En México, no hay datos claros sobre el caminar de la Obra de San Pedro Apóstol, hasta el año de 1932 cuando Don Rafael Vallejo Macuozet es nombrado Presidente del Consejo Nacional de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol.
En México, esta Obra es la impulsora del programa de la Unión de Enfermos Misioneros (UEM), la cual está dirigida específicamente a los visitadores y enfermos, quienes pueden ofrecer su enfermedad o sufrimientos por las misiones.
FUNDADORA
Juana Bigard (1859-1934)
La fundadora de la Obra de San Pedro Apóstol nació en Mortagne, Francia. Cuando ella tenía 18 años su padre se quitó la vida; por eso, Juana hace la promesa de ofrecer su vida por la salvación de su padre y del mundo en general. En 1888 Juana recibe una carta de Mons. Cousin, Obispo de Nagasaki, donde le hace ver la importancia de los seminarios de clero nativo en tierras de misión. Desde entonces, ella y su madre, Estefanía, trabajan arduamente por apoyar a los seminaristas, viendo recompensado su esfuerzo hasta el año 1895, cuando la Santa Sede aprueba la Obra de San Pedro Apóstol.
Juana Bigard fallece el 28 de abril de 1934.
OBJETIVOS
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Animar el espíritu de solidaridad cristiana para que surjan vocaciones y se incremente el clero nativo en territorios de misión.
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Promover las becas y donativos para formación de los candidatos nativos al sacerdocio y a la vida religiosa.
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Promover la oración permanente en favor de la evangelización de los pueblos
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Convocar y formar promotores de la Obra Misional Pontificia de San Pedro Apóstol en las diócesis, y elaborar el perfil de estos colaboradores
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Establecer, junto con el Consejo Nacional de las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México, vínculos con las regiones y provincias
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Establecer vínculos con las Comisiones Episcopales del Clero y de Vocaciones y Ministerios de la Conferencia del Episcopado Mexicano
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Conocer a los bienhechores y reconocer sus esfuerzos y entregas
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Conocer e informar al Pueblo de Dios sobre el destino de las becas, estableciendo relaciones con las instituciones pontificias y casas de formación del clero nativo
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Coordinarse con todas las áreas y departamentos de las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México para llevar a cabo los diversos proyectos y actividades de la Obra.
Cfr. Estatuto de las Obras Misionales Pontificias, Art. 11
ACTIVIDADES
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La Obra de San Pedro Apóstol quiere cosechar la generosidad espiritual y material del Pueblo de Dios que peregrina en México para ofrecerla en favor de la formación de las vocaciones nativas, tanto de las religiosas, los religiosos y los sacerdotes. Por eso, año con año, se diseña, elabora, imprime y distribuye un cartel alusivo a la Jornada de las Vocaciones Nativas, la cual se realiza en el tercer domingo del mes de agosto.
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Asimismo, la Secretaría Nacional de la POSPA, a través de retiros y encuentros, anima a los seminarios de nuestro país, para infundir en ellos la conciencia misionera universal. También realiza talleres de capacitación con la finalidad de informar, animar y formar a los equipos diocesanos misioneros de la OSPA para una mayor eficacia en la promoción misionera sobre la formación de las vocaciones nativas.
